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Los homenajes continuaban. La ministra española le comunicó que en breve recibiría una notificación para ser condecorada en el Ministerio de Defensa español.

.- Gracias Señora Ministra, pero yo solo he cumplido con mi deber.

.- Por eso Rebeca, por eso queremos agradecértelo todos.

.- El próximo lunes vuelvo a Kabul, espero reencontrarme allí con mi amado Capitán Castro. El ha sido mi mentor, la persona que me ha enseñado lo poco que se y hay una cosa que me enseñó de una forma especial….a controlar mi nerviosismo y tener calma ante el peligro.

.- Te deseo lo mejor en tu vida.

.- Gracias Señora Ministra.

Al día siguiente comió en un restaurante del centro con Elsa, la hija de la alcaldesa, era una chica muy sencilla, alegre, siempre sonriente.

Fueron a la Ópera de París donde disfrutaron de Turandot, en muchos momentos Elsa apretaba el brazo de Rebeca y en un momento apoyó su cabeza en el hombro de su nueva amiga.

Besó su frente y acarició su cabello.

Fueron caminando por los Campos Eliseos hasta el piso donde vivía Elsa con su esposo. Este no estaba en saca, como muchas veces.

Le explicó a Rebeca que Julen era un alto ejecutivo de Apple, y muchos días no iba a dormir a casa.

.- Sospecho que tiene alguna amiguita. Hace tres años que estamos casados, pero nunca me ha demostrado un amor excesivo.

Charlaron de sus vidas sentadas en un sofá cogidas de la mano.

El contacto las hacía sentir mas unidas.

.- Tienes a alguien que te espere?

.- No, mis amigas ya han vuelto a Kabul, estoy sola en el Hotel.

.- Me gustaría que durmieras esta noche conmigo. Eres mi única amiga.

.- De acuerdo, pero antes tendremos que ir a dar un paseo por el Prís la nuit.

Elsa conocía los locales nocturnos de la ciudad, su esposo la había llevado a varios.

Bebieron varios cockteles hasta que Elsa se sintió mareada y decidieron volver en un taxi a su casa.

Rebeca la ayudó a desnudarse, y no pudo evitar sentir admiración por el cuerpo de su amiga.

Elsa la abrazaba y besaba su rostro.

.- Ummm, quiero que me hagas el amor, hace meses que no siento un abrazo y mi sexo esta desesperado.

.- Te acostaré, has bebido mucho y no sabes lo que dices.

.- Si se lo que digo, necesito que me besen y me da igual si es hombre o mujer quien lo haga.

Tu eres la persona a la que mas quiero en el mundo en estos momentos y necesito que tu me ames.

Elsa cogió de la mano a Rebeca y la llevó hasta la ducha. Abrió el grifo y las dos se empaparon y abrazaron bajo la lluvia de la alcachofa.

Elsa besaba la boca de Rebeca que no pudo contenerse y devolvió los besos.

Mojadas fueron hasta la cama donde pusieron sus cuerpo de forma que sus bocas podían besar los sexos. No durmieron hasta que cada una de ellas sintió al menos ocho o diez orgasmos.

.- Ummmm, cuanto necesitaba esto. Dijo Elsa relajada sobre la cama con su amiga al lado. Cogidas de la mano y mirando al techo permanecieron muchos minutos soñando hasta que se quedaron dormidas.

Cuando se despidieron parecía que se conocían de toda la vida.

.- Te prometo que volveré a París, aunque solamente sea para visitarte.

.- Yo no iré a Kabul, pero cuando estés de nuevo en España te visitaré siempre que pueda.

 

Al regreso a su Unidad, sus compañeros la recibieron con una fiesta. Se había convertido en una heroína.

Recibió una llamada del Capitán Castro, tenía unos días de permiso y había previsto ir a Kabul a visitarla.

.- He alquilado un apartamento en el centro, así no tendremos que pedir favores en el Cuartel para que con dejen un sitio donde estar a solas y tranquilos.

.- Llegaré mañana, espérame, jajaja.

.- Siempre te espero.

Yo también pediré unos días para no tener que ir al Cuartel y me dedicaré a ti en cuerpo y alma.

Al día siguiente fueron juntos al nuevo apartamento alquilado por Rebeca. Solo tenía una habitación con un ventilador en el techo que funcionaba continuamente, no había interruptor para cortar la corriente.

En la cocina había una lavadora vieja junto a la mesa.

Rebeca la puso en marcha, funcionaba bien. Movió la rueda de las funciones y se puso en marcha el centrifugado.

.- Mi querido Capitán, ven aquí, quiero ver si estas en forma.

Le desnudó besando todo su cuerpo, reaccionando de inmediato.

Rebeca también se desnudo y pidió a su amado que se sentara sobre la lavadora.

Se sentó sobre las piernas del hombre y enlazó las suyas alrededor de la cintura de Castro.

En pocos segundos, Rebeca sintió la penetración del excitado miembro de su amado Capitán.

Movió su cuerpo haciendo que cada vez su pene profundizara mas en ella.

Rebeca soltó una de sus manos del cuello del hombre y echó su cuerpo hacia atrás.

Su mano manipuló la rueda de funciones de la lavadora que comenzó a trepidar a gran velocidad al iniciar el centrifugado.

El pene se movía a gran velocidad en el interior de su coño, que sentía como temblaban sus paredes.

El centrifugado duró tres minutos, el tiempo suficiente para que Rebeca sintiera tres orgasmos.

Al detenerse la lavadora, Rebeca movió su cuerpo atrás y adelante haciendo que el pene del hombre reventara en un enorme orgasmo que le causó un leve desvanecimiento.

.- Dios mio, ha sido increíble, nunca había sentido algo semejante.

.- Pues en estos días haremos al menos una colada diaria.

Capítulo siete

De París a Kabul

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